La Consejería de Medio Ambiente del Principado de Asturias acaba de otorgar a las dos instalaciones de Sociedad Anónima Tudela Veguín, ubicadas en la Comunidad Autónoma, la Autorización Ambiental Integrada (AAI). Además, en la fábrica de Aboño se autoriza el empleo de residuos como combustibles complementarios a los tradicionales, una práctica medioambiental conocida como valorización energética. En concreto, la AAI prevé que la fábrica pueda utilizar al año hasta 5.000 toneladas de madera, 12.000 de glicerina y el 30% del total de neumáticos fuera de uso que se generan en Asturias para aprovechar su energía calorífica.


Las autorizaciones recogen las condiciones de funcionamiento de las instalaciones para controlar y regular los factores ambientales afectados por la propia actividad industrial: atmósfera, vertidos, residuos, consumo de recursos naturales, ruidos, etc.


De esta forma, la compañía cumple con la Ley de Prevención y Control Integrados de la Contaminación (IPPC), que establece la obligación para determinadas industrias de solicitar y obtener este permiso. La ley tiene como objetivo evitar, reducir y controlar la contaminación de la atmósfera, agua, aire y suelo, mediante el establecimiento de un sistema de prevención y control integrados, con el fin de alcanzar una elevada protección del medio ambiente en su conjunto.


Tudela Veguín pone así fin a un proceso que se inició hace más de dos años y que permite a la industria cementera asturiana contribuir con la gestión de residuos y lograr reducir las emisiones de CO2. Desde la cementera se asegura que si se utilizasen el 100% de los residuos alternativos autorizados en la fábrica de Aboño se podrían ahorrar hasta 9.000 toneladas de coque al año, con lo que se alcanzaría una tasa de sustitución de combustibles fósiles por residuos del 7,5% aproximadamente, un punto por encima de la que se alcanzó el año pasado en el conjunto del país, pero todavía muy por debajo de la que existe en Suiza o Austria, cercana al 50%, o de Holanda, donde llega al 83%.