Ante la eliminación de las tarifas industriales que el Gobierno aplicará a partir del próximo 1 de julio, el sector cementero ha mostrado una fuerte preocupación por el incremento del precio de la electricidad. La supresión de esas tarifas cuando todavía no se ha desarrollado en España un mercado competitivo, conlleva un desproporcionado aumento del precio final de la energía eléctrica, que puede situarse en el 100%, que se añade al 40% experimentado en los últimos tres años, y que tendrá graves consecuencias en materia de competitividad, deslocalización y desinversiones.
La industria cementera española lidera el ranking de producción y consumo de cemento y la energía representa el 45% de los costes de nuestras empresas. Por ello, sería fundamental imitar sistemas europeos en los que se propician contratos bilaterales para la industria básica. Actualmente, la contratación bilateral, entre las empresas eléctricas y el cliente final, es prácticamente inexistente. Por este motivo, proponemos la creación de un sistema de contratación a largo plazo, basado en precios relacionados con los costes de un mix ponderado de generación, en lugar del actual sistema en el que el precio queda determinado por el coste de la tecnología más cara. Apostamos por que el proveedor obtenga una retribución razonable y por que la empresa tenga libertad de elección a la hora de comprar a un proveedor o a otro. Y sabemos perfectamente que hay posibilidades para asumir este reto.
Si queremos ser un país competitivo a nivel internacional y mantenernos como industria en el mercado global deberíamos poder obtener nuestra materia prima en mercados competitivos, teniendo claro que la electricidad es una de ellas.
Aniceto Zaragoza
Director General de Oficemen