La Asociación Nacional Española de Fabricantes de Hormigón Preparado (ANEFHOP) celebró, el pasado 30 de abril, su almuerzo anual con periodistas en el que presentó los datos de 2008. El sector del hormigón preparado en España está sufriendo con especial virulencia la crisis económica, tal y como demuestran la caída cercana al 30% sobre el año anterior. En concreto, la producción fue de 69 millones de m3, un 27,77% menos que en 2007, lo que correspondió a una facturación estimada de 4.485 millones de euros.


Las 511 empresas pertenecientes a ANEFHOP no fueron ajenas al problema y produjeron 55 millones de m3 (un 79,78% del total nacional), con una caída del 23,82% respecto a 2007. Javier Martínez de Eulate, Director General de la Asociación, declaró que “hemos retrocedido dramáticamente a niveles de 2002, tras años de continuos crecimientos”. “Pensamos que la situación podría mejorar si las Administraciones Públicas se concienciaran al menos de dos cosas: la necesidad de potenciar la inversión en obras públicas, especialmente grandes infraestructuras, y en acabar con los excesivos plazos de pago, que superan muchas veces los seis meses”, añadió Martínez de Eulate.


Medidas contra la crisis
La situación ha continuado empeorando en 2009 y la Asociación, que representa cerca del 80% de la producción total nacional dentro de su campo de actividad, estima que para que la liquidez llegue a sus empresas, y por tanto a las familias, es necesario evitar las bajas temerarias en la licitación de obras y el estricto cumplimiento de la Ley de Morosidad en las relaciones contractuales entre las Administraciones Públicas y los contratistas, y entre estos últimos con sus suministradores, de tal forma que no se superen en ningún caso los 60 días de plazo en los pagos contemplados por la propia Ley.


La Asociación opina que España tiene un modelo económico asentado y consolidado, basado en el sector servicios, y en el que la construcción juega un papel determinante, por lo que querer abandonar este modelo de manera precipitada no es acertado y las consecuencias no han tardado en comprobarse. “Lo que tenemos que hacer es profesionalizar este modelo y hacerlo más eficiente”, dijo Martínez de Eulate.


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