Cemex ha puesto en marcha en su fábrica de Castillejo (Yepes) una instalación para el tratamiento de residuos plásticos -procedentes del rechazo de recicladores de plásticos- mediante la cual se obtiene un combustible alternativo idóneo para ser valorizado energéticamente en el proceso de fabricación de cemento.


La trituradora de plásticos tiene una capacidad para procesar y preparar adecuadamente 25.000 toneladas de plásticos anuales, lo que permitirá pasar de un 20% de sustitución de combustible fósil a en torno un 30% en 2009.


Esta sustitución del combustible fósil por otro combustible alternativo procedente de residuos se conoce como valorización energética y su principal ventaja es la reducción de las emisiones de CO2. Además, al darle un uso a estos residuos, se consigue reducir la cantidad de material arrojado a vertedero y, por lo tanto también se reduce la emisión de gran cantidad de gases de efecto invernadero generados por la descomposición de los materiales durante su vida en los vertederos. Al mismo tiempo se consigue aprovechar el valor energético aportado por estos materiales, cuyo destino final sería el vertedero, ahorrando así combustibles fósiles finitos.


Cemex ha apostado de forma decidida por la diversificación de sus fuentes de energía, persiguiendo un ambicioso doble objetivo reducir el consumo de combustibles fósiles finitos y no renovables, y dar una respuesta eficaz y segura a la sociedad en el tratamiento de residuos aprovechables energéticamente, que de otra manera, terminarían en vertedero, con el consiguiente deterioro medioambiental.


La nueva trituradora, que está distribuida en tres zonas (recepción y acopio de material a tratar, almacén de producto terminado y línea de tratamiento de residuos) ha generado tres nuevos puestos de trabajo entre maquinaria de alimentación y movimiento de materiales y limpieza de la instalación. La función de la instalación es, en una primera fase, desmenuzar las balas de plástico que vienen procedentes de un gestor autorizado y su posterior cribado, con el fin de separar el plástico por tamaños y por elementos pesados y elementos metálicos férricos y no férricos. Posteriormente, el producto es triturado nuevamente en un granulador hasta reducirlo a un tamaño inferior a 20 mm. Una vez obtenida la fracción valorizable pasa como combustible a los hornos de cemento.


Esta tecnología, que se suma a otras medidas de carácter medioambiental llevadas a cabo en la fábrica en los últimos meses, y a la propia coyuntura productiva, ha permitido que en el primer semestre de 2009 la planta redujera las emisiones de C02 en un 29%, respecto al mismo período del pasado año.


Cemex invirtió en el primer semestre de 2009 en su fábrica de Castillejo 750.000 euros en mejoras medioambientales.